Visita especial al Rebaño

Inquieto desde el trayecto de Verde Valle hacía el Estadio Omnilife, Brian Alejandro Suárez Gómez no dejó de hacer preguntas a su madre y hermano que le acompañaban. La emoción y la ansiedad por estar cerca de sus ídolos le ganaban a sus escasos 13 años de edad, vividos con toda intensidad y por encima de cualquier circunstancia adversa.

Vestido con un sencillo pants y portando un gorro con la leyenda de los “Power Rangers”,  el famoso programa de televisión de la década de los 90`s  al niño no le importó la cierta dificultad que representó para él descender los escalones que separan la zona de estacionamiento de la cancha del flamante Estadio Omnilife, estaba a pocos segundos de cumplir su anhelo, estar cerca de sus ídolos era su principal motivación.

De inmediato solicitó plumón y papel para el tradicional autógrafo, y con la ayuda de sus familiares sacó de entre sus pertenencias la buena cantidad de playeras rojiblancas que llevaba consigo, desplegarlas sobre la contra cancha del Omnilife fue un juego para él, minutos. Más tarde el punto de ebullición a su alegría infantil llegó cuando todo el plantel del Rebaño se tomó la foto del recuerdo con Brian, momentos antes de arrancar con el último día de preparación previo a recibir este sábado a los Pumas de la UNAM.

La espera le pareció un suspiro a Brian, cuando minutos después le hizo compañía directo desde la ciudad de Querétaro, Ángel García Noriega un niño también bastante especial, que pese a todos los obstáculos y una silla de ruedas le brinda toda la alegría posible a su vida, sin importar que tan difícil parezca.

Como si le hiciera honor a su nombre, a simple vista Ángel es un niño que transmite pureza,  de esta manera fortalece la sangre debilitada y con el amor y cariño de su familia, aunado a su pasión por las Chivas se levanta como un grande capaz de superar cualquier empresa.

Dos de los miles de aficionados más especiales de Chivas estuvieron este viernes junto a su equipo para regalarle fortaleza, de cara a la presentación en la Liga en el Estadio Omnilife, por eso las fotografías, el autógrafo en todos los artículos rojiblancos, la sonrisa espontánea del goleador Omar Bravo al estrechar las manos de ambos pequeños, la emoción desbordada de Brian por el par de guantes obsequiados por el arquero Luis Michel.

Nadie en el plantel rojiblanco escapó a la ternura y nobleza de estos dos niños, cuyo agradecimiento con la sonrisa más pura del mundo, bastó para robarse el corazón de jugadores y cuerpo técnico de Chivas. Que venga Pumas, por aficionados con ese espíritu inquebrantable vale la pena cualquier batalla en el campo de juego.