Posada rojiblanca en Verde Valle

“Me fracturé la mano jugando como portero”, le dijo con una tímida sonrisa Víctor Manuel, huésped de la Casa Hogar Heidi y Pedro A.C. a Pascual “Pato” Gómez, encargado de la Hemeroteca Histórica del Club Guadalajara y que fue uno de los 24 niños de escasos recursos que visitaron al Rebaño en su casa de Verde Valle la mañana de este viernes para disfrutar de una sencilla, pero emotiva posada junto a los integrantes del primer equipo del Guadalajara.

Por un ameno y confortante momento, los niños y jovencitos que alojan cuatro distintas asociaciones de la Zona Metropolitana de Guadalajara como la Aldea Infantil A. C., Albergue Los Pinos A. C., Orfanatorio Magdalena Sofía y el antes mencionado Refugio Heidi y Pedro que ven y cuidan a niños de la calle o violentados en su seno familiar, cambiaron ese semblante duro y aciago que les ha marcado una vida difícil por las miradas que brillan, por los regalos que ofrecen felicidad y que resultan ideales para los niños que cruzan tan inocente edad: el juego.

Y precisamente a la actividad lúdica se dedicaron prácticamente desde su llegada a las instalaciones rojiblancas, Pascual “Pato” Gómez y su experiencia de toda una vida y con la buena actitud de todos los días, organizó a los niños para la diversión con juegos interactivos. Los balones fueron suficientes para los pequeños que incluso ocuparon la zona de la cancha de frontón de Verde Valle para convertirla en el terreno de juego, la mezcla entre niños de las cuatro casas hogar era obligada para realizar la tradicional “cascarita”.

Minutos después llegó el alimento para recuperar las fuerzas tras la intensa actividad, pero la pila de los incipientes invitados a la casa rojiblanca no disminuía y justo a la llegada de los integrantes del Guadalajara quienes habían concluido con su entrenamiento la felicidad se desbordó, autógrafos de Jonny Magallón, Héctor Reynoso, Luis Michel y todo el elenco del plantel rojiblanco aumentaron el entusiasmo de los festejados.

Las sorpresas no paraban y elementos como Omar Arellano, Hugo Hernández, Michel Vázquez, Patricio Araujo, Omar Esparza, Édgar “Chore” Mejía, Xavier Báez y Jorge Enríquez fueron los encargados de repartir los obsequios dispuestos para la rifa especial con los jovencitos.

Omar Esparza arrancó las carcajadas de los niños, al tomar de manera repentina la bicicleta que estaba designada como el obsequio principal,  con un “agárrenlo que se le lleva”, los pequeños persiguieron con la mirada el recorrido presuroso del lateral rojiblanco que recorría divertido los alrededores de Verde Valle montado en la bicicleta.

Un invitado más se sumó al festejo y con su sola presencia impresionó a los jovencitos, el Chivafighter, el héroe de la nación rojiblanca que lucha por la justicia llegó también para aumentar el entusiasmo en la posada de los niños tapatíos.

Omar Arellano y Adolfo Bautista realizaron un presente obsequiando sus playeras de entrenamiento al grupo de niños asistentes en Verde Valle, pero faltaba la cereza en el pastel para hacer inolvidable el momento, la clásicas piñatas, propias en el entorno de festejos mexicanos.

Uno a uno los niños tomaron el turno para a base de golpes, destapar el tesoro de golosinas que las piñatas con formas de hada, estrella, mono de nieve y Santa Claus se dispusieron para que la diversión continuara. Los encargados de hacer la respectiva labor de “mareo” para cada uno de los participantes fueron Xavier Báez y Jorge Enríquez, quienes cumpliendo su papel dificultaron el empeño de los jovencitos para el “dale, dale”.

Aplausos aparte merecen las encargadas de los grupos, una de ellas por cierto de nacionalidad teutona, quienes de manera valiente se convirtieron en guardianes de las montañas de regalos que los chicos ya habían acumulado durante la posada con Chivas.

Bienvenidos los niños con la sonrisa franca y sincera, un poco de travesura para tomar los dulces que contenían cada piñata se vale, al fin y al cabo era su feliz momento y nadie se los va a quitar, al contrario la colaboración es conjunta para hacerlo aún más grande, sí se asomaban las lágrimas era por pura y purificante felicidad.

El agradecimiento más especial a Jonathan, Hugo, Carlos, Luis Ángel, Alondra, Paola, Josué, Damián, Isaac, Jorge, Ángel, Fidel, Armando, Briana, Lizeth, Isabel Xochitl, Sergio Iván, Teresita de la Cruz, Víctor Manuel, Héctor Ricardo, Adán, Eugenio Alejandro y Francisco Jesús por compartir uno de los momentos más significativos de sus vidas.