El perfil rojiblanco: Antonio Salazar

Cuando las condiciones convencen

La historia de Antonio Salazar Castillo contiene los mismos ingredientes que marcan la de los jóvenes que buscan una oportunidad para encaminarse hacía el futbol profesional. Nacido en una familia humilde enraizada en la petrolera y portuaria Ciudad Madero, Tamaulipas y que vio en Antonio un porvenir más allá de su frontera, todo gracias a la práctica del futbol, primero a nivel amateur y posteriormente a nivel profesional.

Los primeros pasos en un equipo representativo del Estado de Tamaulipas donde Antonio Salazar exhibió cualidades natas como hombre de área y de fortaleza, la misma que lo hace soportar los choques,  potencia, habilidad para el desmarque, un remate educado con ambas piernas y con la cabeza, técnica individual aceptable para un jugador de tales características que convencieron en primera instancia al experimentado timonel y Preparador Físico de la institución rojiblanca, Andrés Ornelas, y a quien se le unieron en el sentir Hugo Díaz de la Paz y Salvador Gamero, visores de comprobada capacidad del Club Deportivo Guadalajara.

“A todos (visores y entrenadores) nos convencieron sus condiciones como centro delantero, sin duda las tiene. El progreso, que por supuesto lo ha logrado es lo que esperábamos se diera para Toño (Antonio Salazar) y así fue”,  cuenta Hugo Díaz de la Paz,  Visor y captador de talentos de Chivas, acerca del  proceso de reclutamiento del atacante tamaulipeco.

Seguimiento constante del accionar y características notables del joven y fuerte centro delantero en torneos celebrados en Cancún y Monterrey, Nuevo León dieron origen a una decisión entonces irrevocable: Antonio Salazar poseía las condiciones necesarias para formar parte de las Fuerzas Básicas del Guadalajara.

Ya como jugador rojiblanco las habilidades no disminuyeron y por el contrario se potenciaron,  goleador temible en Tercera División, torneos internacionales en Sudamérica y Europa y el apetito de goles de Antonio Salazar, era empañado un poco por un carácter que lucía casi indomable en el terreno de juego, mismo que lo hizo acreedor al sobrenombre que lo acompaña en la actualidad: Antonio “Hulk” Salazar.

Atracción para la mirada merengue. Casta goleadora.

En el año 2008 y pese a que un año antes había experimentado un debut en Primera División para privilegiados con su presentación ante las Águilas del América, Antonio Salazar  tuvo su explosión como elemento a seguir en las Fuerzas Básicas del Guadalajara, cuando gracias a una soberbia actuación en la Copa Chivas Internacional en la que no sólo ayudó a su equipo a dejar la copa de Campeón en casa por segunda edición  consecutiva,  sino que con 13 anotaciones se proclamó el máximo goleador en esta competencia.

El destacado desempeño de Antonio Salazar incluso llamó la atención de Miguel González “Michel”, entonces Director de Fuerzas Básicas del poderoso Real Madrid, y quien dejó la capital tapatía alabando las condiciones como goleador de Antonio Salazar.

En ese mismo año, y al relevar al histórico goleador rojiblanco Omar Bravo en un cotejo ante la Franja del Puebla, Antonio “Hulk” Salazar saboreó lo que es anotar un gol en el Máximo Circuito sin siquiera cumplir un minuto en el terreno de juego.

"Fue una gran fortuna que se me diera el gol y creo que esta es una recompensa de todo el esfuerzo que he logrado en el trayecto. Uno provoca la misma suerte y a partir de este gol hay que buscar los demás, seguir trabajando",  mencionó aquella noche inolvidable Antonio Salazar.

Necesaria y provechosa migración a la Selva Lacandona

Para domar su carácter y estrechar la mano indeleble de la disciplina, el atacante nacido en Ciudad Madero fue enviado a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas para engrosar las filas de los Jaguares de Chiapas, conjunto con el que volvió a ser un hambriento del gol, el antídoto para recuperar al Hulk Salazar pareció dar resultados. Anotaciones relevantes en el torneo local y la Copa Libertadores dieron fe de ello.

A la distancia Antonio Salazar ofrendaba sus actuaciones con los chiapanecos en pos de un solo objetivo,  regresar algún día al equipo que lo formó como futbolista profesional: Chivas Rayadas del Guadalajara y el anhelo se convirtió en realidad más pronto de lo que incluso el mismo Antonio Salazar lo hubiera pronosticado.

El presente dicta demostrar la pertenencia,  el trabajo y la fortaleza ante el entorno rojiblanco

Antonio Salazar regresó a Chivas para demostrar su pertenencia y formación rojiblanca,  para tomar y aprovechar de una vez por todas la oportunidad para asentar que puede ser el delantero que el Guadalajara necesita y que está dispuesto a ayudar  en su formación a Erick “Cubo” Torres y Carlos Fierro, los dos jóvenes centros delanteros del Rebaño.

La clave para lograrlo está en el trabajo, la dedicación, cimentados ahora en ese mismo carácter fuerte, pero esta vez bien encausado y capaz de hacer frente al entorno que forja solamente un equipo grande como el Guadalajara. Así el mismo Antonio Salazar lo sabe, el momento está cerca y en sus manos, todo es cuestión de aprovecharlo.