Luchar por el privilegio perdido
Todo comenzó con normalidad en la vida de un niño que a los ocho años de edad supo que igual que el sueño que persiguen muchos pequeños, sus pasos iban dirigidos hacía la cancha de futbol. Acto seguido el apoyo de los padres quienes se convierten en los primeros héroes al hacer realidad el anhelo de los hijos.
Así fue al principio del camino para Carlos Ernesto Cisneros Barajas quien todavía no cumplía siquiera los diez años de edad y ya combinaba la escuela primaria en la que estudiaba por los rumbos de Tlaquepaque, Jalisco con los entrenamientos vespertinos en Verde Valle, donde no sólo encontró entretenimiento, sino también hizo brotar unas condiciones natas para ir más allá de su propia percepción con el futbol.
“Mi familia vive en Tlaquepaque, tengo cuatro hermanos y a todos nos han dado el apoyo que necesitamos para hacer nuestras cosas, como en todas las familias, tenemos bonitos momentos, otros complicados, pero siempre salimos adelante. Gracias a mis padres llegué a los ocho años a la Escuela de Chivas, como muchos niños y jóvenes que quieren venir a cumplir su sueño en el futbol, de estar en una cancha y llegar a representar a México en un Mundial.
Los años pasaron y el embarnecimiento físico y las buenas condiciones de Carlos Cisneros como extremo derecho se dieron a notar, como la rapidez, el drible el jugar por la banda, esa entrega a la tarea de ayudar al centro delantero a hacer goles y tomar muchas veces el papel protagónico de ser él mismo el autor de las anotaciones hicieron que el nombre de Carlos Cisneros pasara a engrosar la lista de Fuerzas Básicas del Club Guadalajara.
Después de haber obtenido tan preciado premio vino el que es quizá el momento más complicado en la novel carrera de futbolista de Carlos Cisneros cuando por cuestiones futbolísticas, fue informado que debía dejar su lugar en la cantera del Rebaño para desarrollarse y pulir las condiciones en la Escuela de Chivas La Gigantera, enclavada justo a un costado del pulmón rojiblanco de Verde Valle.
“Ese fue un momento muy difícil, porque perder tu lugar en Fuerzas Básicas y después trabajar en La Gigantera para cualquier jugador le da para abajo en lo anímico. En (Fuerzas) Básicas tenía muchos privilegios, viajes, uniformes, todo y en La Gigantera es empezar a picar piedra, a procurar tus cosas para entrenar. Pero también me ayudó a valorar todos los beneficios que tienes como futbolista”, recordó el joven atacante rojiblanco.
De esa etapa en la que debía ser el jugador hambriento capaz de alcanzar sus sueños, Carlos Cisneros vivió de todo cosas buenas y malas de las que atesora las más importantes como los encuentros ante sus “hermanos” rojiblancos de las Fuerzas Básicas de Verde Valle, donde él y el resto de sus compañeros, debían luchar en el terreno de juego para recuperar un sitio que en algún momento llegó a pertenecerles.
“Lo que más recuerdo de estar en La Gigantera son los partidos contra Fuerzas Básicas, sabías que los tenías que jugar a tope para demostrar muchas cosas, que podías volver, que eras mejor y que tenías el futbol suficiente para estar. Cuando te das cuenta de todo eso juegas a más del 100 por ciento”, reconoció con seriedad Carlos Cisneros.
Procesos que forjan
De nueva cuenta y gracias a sus buenas actuaciones con el equipo de Tercera División de la Escuela de Futbol Chivas, Carlos Ernesto Cisneros volvió por sus fueros para retomar su proceso como integrante de las Fuerzas Básicas del Guadalajara, y lo hizo justo cuando su categoría 1993 que en ese momento era uno de los contendientes al título de Campeón en el Torneo de reciente formación Sub 17.
“Cuando me ascendieron al equipo estaban jugando muy bien al futbol, llegamos a dos finales consecutivas contra Atlas, desgraciadamente no nos tocó ser Campeones en ninguna de esas ocasiones, pero todo como sabemos es parte del proceso hacía Primera División”, reconoció Carlos Cisneros.
Viajes como a Japón y China fueron recibidos con mucho agrado por Carlos Cisneros quien asegura que este tipo de giras internacionales sin duda forjan al jugador de futbol desde muchos ángulos desde el deportivo, afectivo y mental
“Las giras al extranjero son muy importantes porque aprendes muchas cosas, culturas por ejemplo cuando fuimos a China, es una cultura muy diferente a la nuestra. Acostumbrarte al horario es muy difícil, juegas contra equipos que tienen un estilo de juego diferente, pero por igual aprendes muchas cosas”, relató Carlos Cisneros.
Integrar las filas del Guadalajara Sub 20 también comenzó como una labor complicada, con encuentros exigentes, tanto futbolística como físicamente en los que ya la medición alcanza altas esferas con futbolistas de Primera División a los que existe la obligación de competirles con buen futbol.
“En Sub 20 el primer torneo fue muy complicado, pero creo que ahora ya nos hemos estabilizado de la mano de Manolo, (Manuel Martínez) y lo que más podría destacar de esta etapa es que ya te enfrentas con jugadores de Primera División, todo mundo te ve más y de todo ese roce también aprendes mucho”, estableció Carlos Cisneros.
El presente apunta al despegue
Crucial escenario experimenta Carlos Cisneros en la actualidad que le indica que es momento de despegar como un bólido hacía la conquista de sus objetivos, en los que un equipo con tanta riqueza en juventud como el Guadalajara busca y requiere hacer explotar su elogiada cantera y el delantero tapatío no quiere defraudar a nadie, mucho menos así mismo.
“Estor en un momento crucial de mi proceso de formación , en el que yo soy el primero en saber que ya debo despegar y dar de mi en los partidos lo que se proyecta en los entrenamientos. Esta temporada me ha sido un poquito difícil aparecer de manera importante, pero en base a trabajo siento que puedo salir adelante”, declaró Carlos Ernesto Cisneros.
Carlos Cisneros se mantiene en pie de lucha, de la mano del futbol, el deporte que conoció desde niño, el mismo que le dio y quitó beneficios en un instante, y la misma actividad que también le ha permitido saborear revanchas y en la que ahora desborda la seguridad de que todavía tienen mucho por otorgarse el uno al otro.
“El futbol me ha dado todo, de su mano he salido también adelante al igual que gracias a mi familia, y aún siento que le tengo que dar mucho al futbol y espero en Dios que en el futuro también el futbol me pueda seguir dando los beneficios que tiene este bonito deporte tiene”, finalizó de esta forma Carlos Ernesto Cisneros Barajas.