Emociona y apasiona el primer torneo Street Soccer Chivas

Aman el balón y lo demuestran con su entusiasmo, con  desparpajo,  con esa manera tan sencilla y apasionada de acompañarse de la amiga redonda que con seguridad los ha acompañado desde niños. El amor a la pelota lo demuestran mediante sus dominadas, con los pies, los brazos, la cabeza,  bailan al ritmo de la batucada y celebran cada ejecución de sus compañeros por más difícil que parezca.

Este domingo  la explanada  del Estadio Omnilife sirvió para llevar a cabo el primer torneo relámpago Street Soccer Chivas, previo al encuentro correspondiente a la Jornada Dos del Torneo Clausura 2014 entre Guadalajara y Jaguares, que significó la presentación del conjunto dirigido por José Luis Real en calidad de local.

El torneo  de futbol de calle estilo libre organizado por los rojiblancos arrancó aplausos entre el público que estuvo expectante a cada evolución de los jóvenes participantes quienes  demostraron su habilidad y talento para dominar a uno de los personajes principales dentro del terreno de juego, el balón. Hacerlo girar,  saltar, volar eran actos comunes de estos jóvenes que hacen de las calles su escenario majestuoso para hermanarse con la pelota.

La aparición de la lluvia no fue impedimento para que el primer torneo de Street Soccer Chivas se llevara a cabo,  incluso dotó de mayor entusiasmo a todos los participantes que brindaron lo mejor de si para llenarle el ojo al jurado presidido por el ex centro delantero del Rebaño,  Ignacio “Nacho” Vázquez quien se mostró gratamente impresionado por el talento desplegado por cada uno de los participantes.

“Un reconocimiento muy grande para todos ellos, lo que hacen con el balón me parece impresionante, sé que en México el Soccer Street está en auge y no queda más que seguir apoyando a la juventud que es la que lo está haciendo con toda la entrega como lo vimos este domingo”, apuntó Ignacio Vázquez, quien se apresuró a acompañar al contingente de jovencitos al interior del Estadio Omnilife para refugiarse de la pertinaz lluvia que se negaba a abandonar las inmediaciones de la casa del Rebaño.