El Color del triunfo ante Monterrey

No había mañana, el cotejo ante Rayados de Monterrey representaba para el Guadalajara la oportunidad inmejorable de dar el golpe de autoridad en el Torneo Clausura 2015, enamorar a un más a su pléyade que partido a partido observa una mejoría palpable y que en su palacio, el Estadio Omnilife, esa victoria se convertiría en el regalo inigualable en el Día Internacional de la Familia, y se trataba de la familia rojiblanca, la misma que ha cantado su grito de batalla desde el arranque del campeonato: Vamos juntos contra Todo.

Existen honores que se merecen, porque se buscan con ahínco y determinación, ese momento le pertenece en la actualidad rojiblanca a Aldo de Nigris, el encargado de hacer estallar en júbilo al Omnillife con un certero cabezazo, la especialidad de la casa. El Clásico del sentimiento para el delantero nacido en la Sultana del Norte alcanzó su máximo: Regiomontano de nacimiento, con los Rayados en su corazón, el grito contenido se lo otorgó a los aficionados que cantaron el gol a todo pulmón, Aldo, como profesional, como ser humano y con toda humildad futbolística se limitó a levantar el puño y agradecer a la inmensidad del cielo. Va para ese Ángel de la guarda que lo protege su siempre bien recordado hermano Antonio.

El "Chivas… Chivas" sonaba precisamente como un canto celestial, pues la actuación ofrecida por los dirigidos por José Manuel de la Torre era la de un escuadra a la que le volvía a sonreír el futbol, la que le daba miel de ilusión a sus seguidores y la que por conducto de un canterano como Raúl López para confirmar la comunión absoluta de los tapatíos, con una afición que se les entregaba en cada embate a la cabaña del Monterrey defendida por Jonathan Orozco.

No había margen de error para el Guadalajara y con el aliento de los suyos, Chivas sostuvo con fuerza a sus blasones de grandeza y correspondió el turno al joven zaguero rojiblanco Carlos Salcedo levantarse por los aires, como para si intentara tocar el cielo tapatío, objetivo que de manera simbólica alcanzó para pintar el marcador de 3-0, y confirmar que los rojiblancos y su pundonor, que las Chivas y su futbol están más vivos que nunca dentro del Torneo Clausura 2015 para beneplácito de su fanaticada, para malestar de los enemigos deportivos, las Chivas están para plantar batalla a cualquiera en el Futbol Mexicano.

El "Dale, Dale, Rebaño" se escuchaba como uno solo en la tribuna del Estadio Omnilife y los aficionados lo plasmaron como siempre, entregaron la vida en cada nota en un apoteósico silbatazo final del silbante Fernando Guerrero que decretó a un justo y merecido vencedor, que tal como dicta uno de sus motes está en plan sagrado y sigue con esos regalos invaluables para una afición que nunca los dejará solitarios en la cancha del Estadio Omnilife, convertida en toda una fortaleza. Impenetrable, invicta.