Recibido por el Estadio Omnilife, inmaculada casa del equipo de sus amores, el Club Deportivo Guadalajara S. A. de C. V. como todo un campeón José Huerta jamás imaginó que la primera actividad que realizaría en el inmueble rojiblanco sería precisamente la Vuelta Olímpica, la misma y tradicional que realizan los equipos a nivel mundial minutos después de conquistar un campeonato. José en esta ocasión es el invitado de lujo para ser el Embajador de la Liga MX para el cotejo de Ida de los Cuartos de Final de la Liguilla por el título del Torneo Clausura 2015.
Acompañado de su abuelo José abandonó por un momento su natal Tecomán, Colima para cumplir de manera cabal con el compromiso de entregar el balón al árbitro central y a los 22 protagonistas del Clásico Tapatío en su edición particular de Liguilla. El rostro iluminado y la sonrisa del chico colimense de 12 años de edad presagiaba que estaba listo para protagonizar un acto protocolario que un repleto Estadio Omnilife recordará por mucho tiempo.
El adolescente colimense no deja de sorprenderse al recorrer cada metro de la contracancha, pregunta la ubicación de la porra del Guadalajara y de manera silenciosa hace un gesto de querer estar ahí apoyando a sus colores. Al igual conoce el sitio donde estará su contraparte, el apoyo del equipo rojinegro. En su fuerte corazón aún infantil José anhela ganar el Clásico y el dará el banderazo inicial para tratar de que eso ocurra.
José es un combatiente de todos los días es presa de la enfermedad que padecen muchos menores en el mundo, las piernas se han cansado y necesitan ya del apoyo de una silla de ruedas, pero es luz, fuerza y alegría con tan sólo regalarle una sonrisa a su abuelo quien corresponde orgulloso.
Declarado seguidor de los futbolistas que marcan goles en el Rebaño como el capitán Omar Bravo, Aldo de Nigris y Marco Fabián, José promete gritar sus goles con toda la fuerza que ha forjado en los años de su batalla personal. El enunciado “Juega Limpio, Siente tu Liga” parece pan comido para el Campeón José Huerta, quien ya tuvo el privilegio de dar su Vuelta Olímpica como el triunfador que es. El Clásico Tapatío de la Liguilla es un obsequio, un privilegio, no queda más que disfrutarlo.