Desde muy pequeño descubrió su filiación rojiblanca gracias a que un tío lo llevaba a ver los partidos del Guadalajara en el Estadio Jalisco, sin imaginarse que esta práctica llegaría a convertirse en la pasión más grande de su vida y justo esa fidelidad a los colores rojiblancos a pesar de todas las adversidades que ha tenido que superar para estar cerca del equipo de sus amores convirtieron a Adrián Padilla Núñez en ganador del Galardón Rojiblanco en el partido de la Jornada 14 contra Pachuca.
Adrián, un joven de 29 años que vive en Guadalajara, perteneció a la porra de las Chivas durante cerca de tres años en su etapa de estudiante de preparatoria y desde entonces no ha faltado cada 15 días a la fortaleza rojiblanca para apoyar al conjunto tapatío de una manera muy especial. Hace cuatro años perdió la vista a causa de la diabetes, situación que no ha mermado su entusiasmo ni el amor que profesa hacia su Rebaño.
Aunque ya no puede observar los partidos de Chivas en casa, Adrián es uno de los miles de poseedores de Chivabono y asiste a todos los encuentros, hecho que demuestra que para apoyar en todos los momentos a la escuadra tapatía también existen los ojos del corazón, esos con los que siente esa cercanía con sus ídolos en cada compromiso que tienen como local y así se siente parte de los logros que conquista el conjunto más mexicano y popular del balompié nacional.
Visiblemente emocionado por saber que su afición por el Guadalajara no pasó desapercibida por el club de sus amores, antes de recibir el Galardón Rojiblanco en dicho encuentro ante los Tuzos, Adrián escuchó un mensaje en las pantallas del Estadio Chivas dedicado a esa pasión que demuestra por los colores rojiblancos y esbozó una gran sonrisa al estar en la cancha y recibir esta distinción que simboliza a su inquebrantable pasión por la oncena tapatía.
