El perfil de la cantera: Leopoldo Cortés.

El camino al éxito no siempre es color de rosa. En algunas ocasiones la vida nos pone enfrente situaciones difíciles e incomprensibles, pero cuando se superan el trabajo, la dedicación, el esfuerzo y el sacrificio realizado para lograrlo conlleva una recompensa mayor y tal es el caso del lateral derecho Leopoldo Cortés, cuyo trayecto hacia la Primera División ha sido cuesta arriba y con obstáculos siempre, renglón en el que sin duda el más duro fue la pérdida de su hermano Osvaldo hace 3 años, hecho que en vez de derrumbarlo le dio la fortaleza para seguir adelante y gracias a su determinación ya dio un paso muy importante como debutar con el Guadalajara en la Copa MX.

El ejemplo de vida de ‘Polo’ es una muestra clara de que la lucha por materializar un sueño depende de uno mismo con todo y cualquier vicisitud que haya de por medio. En su caso, para llegar al Rebaño Sagrado hizo varios intentos hasta que lo logró gracias al apoyo de un histórico como Carlos Salcido y durante su estancia en la #CanteraRojiblanca ha tenido que afrontar situaciones que le hicieron estar cerca de soltar la ilusión de jugar con las Chivas, pero gracias a su carácter, empeño y calidad fue el séptimo jugador que José Cardozo debutó con el Primer Equipo en el certamen copero, en el choque contra Cafetaleros de la J6 del CL19, con lo que cumplió la promesa que le hizo a su hermano (q.e.p.d.), quien ha sido su máxima inspiración.

Su inicio
“Nací en Ocotlán, Jalisco, en un barrio llamado la Y griega, desde muy chico me juntaba con mis hermanos para jugar en la calle y en el famoso campo del ‘Llanito’, ahí empecé en una ‘cuartita’ en el ‘Rosario’, mi papá me llevaba a jugar, el equipo era el ‘Potrero’ y yo tenía 6 años. Toda mi familia es bien futbolera, mi papá y mis tíos jugaron en el Atlas, pero yo siempre quise jugar en Chivas, fue uno de mis sueños, intenté mucha veces estar aquí y desde hace 3 años pertenezco a esta institución. Era de esos chavos que en la calle ponían ladrillos para jugar, en la casa no dejaba la pelota, le decía a mi mamá que ya había hecho la tarea para salir a jugar aunque no fuera cierto”.

El arribo
“Llegué al club por el ‘Güero’ Real y Luis Felipe Peña, yo jugaba en una Tercera División y nos tocaba jugar contra Chivas San Rafael y ahí me vieron, estuve en la escuela de Carlos Salcido en Ocotlán, hablé con él y le pedí que si me podía echar la mano, justo 2 días después traería a varios jugadores a una visoría, me dijo que no me conocía, pero que confiaba en mí, después hice las pruebas y tuve la fortuna de quedarme”.

Ya en el redil
“Mi primer equipo aquí fue la Tercera División con Luis Felipe Peña, yo tenía 16 años, después pasé a Sub 17 y fui Campeón; luego brinqué a la Sub 20, primero no jugaba y llegué a desesperarme, pero con el 'profe' (Alberto) Coyote empecé a jugar y ganamos el título, más tarde me integraron a la Segunda División, aunque sigo jugando con la Sub 20”.

Lejos de casa
“Dentro de mi proceso de formación me ha tocado jugar fuera de México, mi primer viaje fue con la Tercera División a Chile, con la Sub 17 me tocó ir a Brasil y a Estados Unidos, y con la Sub 20 fui a China, son experiencias muy importantes porque te permiten conocer otros estilos de juego y madurar más rápido al jugar contra rivales más grandes y de mayor rodaje”.

La fuente de inspiración
“Mi motivación es el apoyo de mi familia, el recuerdo de mi hermano Osvaldo (q.e.p.d.) es el que me empuja a seguir adelante, a él le cumplí la promesa de debutar en Primera División. Mi hermano jugaba en la Tercera de Ocotlán, los llevaron a una Final a Nayarit y les prometieron que si ganaban los llevarían a la playa, ahí una corriente lo agarró y falleció, fue un golpe muy fuerte para mí porque me empecé a descarrilar, pero gracias a Dios sigo aquí trabajando por mí y por él”.

Las piedras del camino
“Lo más difícil hasta el momento ha sido el sacrifico de dejar a la familia, a los amigos, vivir solo, debes de tener mucho respeto a esta carrera, porque puede hacerse fácil tener una desvelada o salir a una fiesta, pero te das cuenta de que te perjudican mucho y se nota en la cancha, pero también encontré otra familia en mis compañeros, porque cuesta trabajo superar la nostalgia y ellos me han arropado muy bien”.

El primer gran paso
“Sé que todavía no he logrado nada, tengo que seguir trabajando y sumar más minutos cuando se me dé la oportunidad; primero en Sub 20 hay que seguir haciéndolo bien para que me consideren en Primera División. Cuando el 'profe' Cardozo me dijo que iba a jugar en la Copa no me la creía, estaba seguro que me iba a llegar la oportunidad porque venía trabajando muy bien, pero no me la esperaba en este momento, me dijo que me sintiera seguro, que iba a tener el apoyo, pensara que era un partido de las Sub 20, pero más fuerte y que siguiera trabajando igual”.

El duelo contra Cafetaleros
“Ya en la cancha yo volteaba a ver el estadio y no me la creía, pensaba en mi familia, si estarían viendo el partido y claro que yo también enfocado en lo que iba a hacer, al principio me ganaron los nervios, pero poco a poco en el transcurso del encuentro me asenté, agarré confianza y mejoré mi actuación. Mis compañeros me recibieron muy bien, hubo mucha comunicación, me dieron consejos que me sirvieron mucho”.

El presente y el futuro
“Tengo que seguir trabajando, no desistir en mi deseo de permanecer en el Primer Equipo, mi objetivo a corto plazo es sumar más minutos en Copa, a mediano plazo jugar en la Liga y a largo plazo saltar a Europa”.

Su ejemplo a seguir
“Mi ídolo siempre ha sido Neymar, pero en mi posición Marcelo, por su forme de ir al ataque y yo trato de emularlo en su forma de centrar y de anotar”.

¿Qué significa Chivas?
“Es amor incondicional a la playera, de ver a la barra y al equipo se me enchina la piel, Chivas es todo, mi vida, el apoyo de tanta afición que te cobija en las buenas y en las malas, es algo único”.