Un buen día, un joven defensa llamado Édgar Mejía, quien apenas y alcanzaba los nueve años de edad, escuchó con atención las recomendaciones que le hicieron para ir a probar suerte a la Escuela de Futbol de Chivas, a la que sin miedo acudió para llevar a cabo una prueba y ratificar que su destino estaba en las filas rojiblancas.
En aquel entonces, la versatilidad que el joven jugador mostraba al dominar varias posiciones en el campo, le abrió las puertas para mantenerse en el equipo tapatío y de a poco, bajo el cobijo de los visores y los encargados de su formación, ir escalando posiciones en la cada vez más competida lista de integrantes de las Fuerzas Básicas.
Pero su temple, su entereza humana, su comprobada calidad futbolística y su hambre de triunfo, fueron suficientes para que en la actualidad, Édgar "Chore" Mejía sea uno de los ejemplos más fehacientes de lo que la preparación rojiblanca representa en cada jugador, por lo que de cara al arranque de Sangre Nueva Chivas Bimbo 2010, el hoy contención del Rebaño comparte sus experiencia y su historia de perseverancia y triunfo.