Llegó desde Miami, Florida, con el deseo de formar parte de las Fuerzas Básicas más prestigiadas del balompié nacional, por lo que en su prueba final en Sangre Nueva Chivas Bimbo 2010, mediante un duelo interescuadras de dos tiempos de 25 minutos, el joven Christoper Jaramillo entregó todo en la cancha pos cumplir su sueño.
Ante la presencia de dos figuras importantes en la formación de jugadores para el Club Guadalajara, como Salvador Reyes y Javier “Chícharo” Hernández, Director Técnico de Chivas Rayadas de Segunda División Premier, el novel jugador realizó lo que sabe hacer dentro del campo: jugar.
Desde el silbatazo inicial, al igual que el resto de sus compañeros, entregó más que su talento, entregó el alma completa, hizo que el viaje desde la Unión Americana exclusivamente para vivir la experiencia de una concentración profesional y soñar con la posibilidad de llegar a convertirse en jugador de las fuerzas Básicas del Rebaño realmente valieran la pena.
El inicio del encuentro fue incierto para él, el juego se desarrolló constantemente por la banda contraría por lo que tuvo que realizar recorridos largos, esfuerzo que comenzó a mermar su condición física antes del finalizar los primeros 25 minutos del primer tiempo y misma que le causó sorpresa a un atento padre, quien entre gritos de aliento reanimaba a un agotado jugador.
“Venimos especialmente a esta visoría, pero parece que le afectó un poco la altura, yo veo cómo él juega normalmente, es muy competitivo inclusive en Estados Unidos me lo han pedido equipos de la MLS, pero aquí no pudo darle, no podía respirar, creo que le pesó la altura, siempre fue su sueño venir a probarse y formar parte del mejor equipo de México, ahora como padre sólo me queda animarlo y decirle que aún hay futuro, me duele en el corazón verlo seguir luchando cuando ya no puede dar más, es un orgullo”, indicó el padre del mediocampista.
Para la parte complementaria, el joven Jarmillo entregó todo de sí, en 25 minutos definiría su futuro, el deseo de continuar con su sueño lo mantuvo de pie, sus medias caídas demostraban su enorme cansancio, su velocidad ya no daba para recorrer la línea de banda y cuando terminó el encuentro interescuadras, supo que su sueño por el momento tendría que esperar, razón por la cual al salir del campo fue a enfundarse en un emotivo abrazo con su padre, quien le prometió regresar el próximo año.
“Me sentí bien, un poquito cansado porque no estoy acostumbrado a la altura, pero fue una gran experiencia , me voy un poco triste porque no he podido llegar hasta Fuerzas Básicas, pero vamos a tratar más adelante, vamos a prepararnos más para que la próxima vez que venga ya pueda tener esa fuerza. Cuando terminó el partido, supe que ya terminó mi sueño, pero fue triste porque ni respirar podía, sabía que era mi única oportunidad”, finalizó un triste jugador, quien por ahora regresará a su ciudad en los Estados Unidos a esperar una nueva oportunidad en Sangre Nueva Chivas.
